No es sino otra petición para una acción conjunta. Esta vez va dirigida a los creyentes católicos de Canarias. A ver si se atreven. El reto es mirar al cielo y dejarse llevar por un no creyente, sin tocarlo, hasta que el vaticano dedique una décima parte de sus bienes documentados a la lucha contra esta pandemia.
Hasta el momento, la Conferencia Episcopal de España ha anunciado todas las medidas tomadas en Canarias en su página web. A algunos nos parece una burla, considerando toda la acumulación conocida que documentamos a continuación.
La acumulación es indudablemente inmoral en estas condiciones y más cuando se lleva a cabo desde una institución planteada para educar en valores, que empezó sobreviviendo de la caridad de los demás para acabar haciendo proselitismo de la caridad que hacen, eso sí, sin dejar de enriquecerse cada vez más.
Dicen que se puede engañar a una persona toda la vida, a un pueblo durante mucho tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo para siempre. Pues está claro que llegamos a los últimos días de esta farsa. Esto no se arregla con nimias reformas. Es evidente que la única solución va siendo la completa desarticulación y la vuelta a los orígenes, si de verdad hay fe en las más altas esferas, en donde los esfuerzos sean hechos por los predicadores y el reparto de riqueza sea justo e inmediato; como para olvidarnos de todo el montaje que se ha hecho en torno a las pedidas de sumisión, el miedo, y las recompensas disfrazadas de caridad. Empezar por un diez por ciento no debería doler lo más mínimo. ¡Recen para que el Vaticano ceda parte de su riqueza para la salud mundial!
* Fotos 2 y 3 de "Casta a la carta" (Páginas 87 y 88, Ediciones Aguere-Idea, 2015)