El pasado son aquellas palabras que ya leíste cuando llegas a ésta
y, si le queda algo de vida, ya es nada más que memoria.
Futuro es horizonte inalcanzable que deja de serlo cuando te acercas
y solo puede pensarlo, cada cual, con su propia visión de la historia.
Solo el ahora es de verdad naciente de propósitos futuros,
es fábrica de ilusiones, sueños de contemporaneidad
que trae aquel manantial de orígenes inciertos y oscuros
desde el místico pasado y según se quiera interpretar.
Cuanto más pasado y memoria, más saber acumulado
reafirmado en remordimientos y en esos otros sentimientos
que duelen ahora, en el presente, como único estado
donde es de verdad posible notar el frio, el calor o viento.
Mejorar la actitud presente es garantizar buenos recuerdos
en ese futuro, no tan lejano, que asomará mañana
con cada amanecer que viene a anunciar ese día nuevo,
real, cada vez que el pasado y el futuro se amalgaman.